Los dirigentes han fijado en 20 millones el precio final de Osvaldo. La cantidad, que resultaría la venta más importante en la historia del club, supondría una gran inyección de capital para las debilitadas arcas de la entidad. La institución podría aflojarse un poco el apretado cinturón que lleva desde hace décadas. Pero la venta del ítalo-argentino supondría un grave revés para la grada, harta de ver, temporada tras temporada, cómo se van todos sus ídolos.
De los 20 millones que el Espanyol ingresaría por él, además, no todos irían destinados a buscar otro '9', ya que los directivos que pusieron dinero para su compra deben recuperar su inversión y el jugador y su agente se embolsarían, además, el 15%. Y algo debe quedarse en las arcas. Es decir, que en el mejor de los casos, Ramón Planes dispondría de 8 ó 9 millones de euros para buscar un delantero centro de garantías que esté preparado para asumir el reto en apenas 20 días.
Pero si finalmente no se concreta la marcha de Osvaldo al Atlético de Madrid, el Espanyol tiene otro problema, y no menos serio, sobre la mesa. No sólo se queda sin esa histórica inyección económica sino que, además, el killer pedirá un aumento de ficha. El ítalo-argentino ya es el jugador mejor pagado de la plantilla, pero su caché se ha disparo en el final de la pasada campaña y en esta pretemporada y quiere que su nuevo estatus se vea reflejado en su sueldo. Y la situación de la institución no está para ir subiendo las fichas de los jugadores. Más bien al contrario, está intentando rebajarlas.
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