Todos los años un central... por lo menos

Desde que a Fernando Hierro le enseñaron la puerta de salida del Real Madrid, la de entrada de centrales ha sido una de las más concurridas en el club blanco. De 2003 a este verano de 2011, diez futbolistas que juegan en esta posición han aterrizado en el Bernabéu. Algunos de ellos, con historias que alimentan una leyenda de maldición. Un muro que también medirá el temple de Raphael Varane.

El 24 de junio de 2003, Jorge Valdano anunciaba la no renovación de los contratos de Vicente del Bosque y Fernando Hierro en el Real Madrid. Sólo habían pasado 24 horas desde la conquista de la 29ª Liga del palmarés blanco. A ellas, el futbolista de Vélez- Málaga añadió de blanco tres Copas de Europa, dos Intercontinentales y otros cuatro Campeonatos Nacionales, entre otras minucias.

Tras la marcha de Hierro, pilar defensivo del equipo durante casi una década, comenzó el rastreo en busca de un sustituto. Una operación en la que el Madrid lleva invertidas decenas de millones de euros. 30 costó Pepe y 27 Sergio Ramos, que llegó al Madrid para jugar en el medio, aunque ha acabado de '2'.

Al menos, Ramos -que llegó al club en 2005- y Pepe -2007- continúan en el club -ambos, por cierto, pendientes de renovación-, lo que no se puede decir de otros costosos proyectos de bastión blanco. Con escasa gloria se fueron los Walter Samuel, Fabio Cannavaro o Christoph Metzelder, aunque el caso más sangrante fue, sin duda, el de Jonathan Woodgate. Fichado en 2004 por 25 millones de euros, apenas llegó a jugar, perseguido por toda suerte de dolencias musculares. Un año antes, los médicos frenaron la incorporación de Gabi Milito, cuya rodilla alimentó en Zaragoza un nuevo expediente X durante cuatro temporadas.


Varane es el cuarto central del segundo mandato de Florentino. Ya en 2009 llegaron al Madrid Garay -cerrado un año antes por Ramón Calderón- y Albiol, y el año pasado lo hizo Carvalho. Ocho millones costó el veterano defensor portugués, dos menos que Varane, apuesta de futuro para una zaga, pese a todo, cada vez más sólida. El tiempo dirá si el 'Blanc' de Zidane acaba teniendo en el Madrid un impacto equiparable al de Fernando Hierro, un futbolista cuya ausencia aún se deja notar en el Bernabéu.